meherika
Do³±czy³: 03 Gru 2023 Posty: 1
|
Wys³any: Nie Gru 03, 2023 10:39 Temat postu: El clérigo borracho, el joven y la Custodia |
|
|
Se las prometían muy felices. Salían a la mar con alegría y mucho viento a favor. Estaban convencidos de que surcarían las aguas con prestancia y ligereza. Nada de calmas chichas que dejan los barcos cual si hubieran echado el ancla. Pronto estarían llenando las bodegas de pescado robado al líquido elemento. La tripulación estaba entusiasmada. Se creían los mejores marinos del mundo mundial. Sí, había algunos que advertían que tanta confianza en las capacidades propias podían quedar en nada si la naturaleza hacía de las suyas y recomendaron no alejarse demasiado de la costa, pero fueron acusados de agoreros y cobardes. Una vez en alta mar, cuando ya no había tiempo de dar marcha atrás, las cosas se complicaron. El viento aumentó su intensidad, las olas empezaron a zarandear el barco cual si fuera una cáscara de nuez y, para colmo, parecía que el capitán estaba empeñado en tomar las decisiones equivocadas. Los prudentes levantaron entonces la voz.
Dijeron: “¿no os lo advertimos? Solo vosotros, necios, erais incapaces de ver que se acercaba una galerna“. Pero la reacción del resto fue echarles la culpa de la calamidad que amenazaba con hundir el barco y a todos los que en él estaban. En vez de trabajar unidos para mantenerlo a flote, acabaron enzarzándose en una pelea. Entonces un joven, recién salido de la adolescencia, encargado de asistir al clérigo anciano obeso y borrachín que “atendía” espiritualmente a los marineros, apareció en cubierta con un custodia deJob Function Email List hierro, oxidada y llena de mugre, pero con el mejor tesoro en ella. Y dijo: “o clamamos a Cristo o nos hundimos“. Muchos se rieron de él: “¿Acaso eso que llevas entre manos puede parar las olas?“; otros dijeron que no podían perder el tiempo rezando mientras el barco estaba en claro peligro de naufragio. Y no pocos simplemente optaron por no mirar siquiera a la cara del chaval y al rostro de Aquél a quien portaba.
Pero entonces el clérigo anciano, obeso y borrachín, conmovido por la valentía de su acólito, apareció en cubierta y cual si hubiera recibido la fuerza de un ángel, clamó a gran voz: “Miserables despojos humanos. Estáis a punto de presentaros ante el Señor y osáis mofaros del único de nosotros que ha pensado en Él para sacarnos de la locura en la que nuestra soberbia nos ha metido“. Nunca habían visto antes semejante brillo en su mirada. De su cuerpo andrajoso y malherido por el pecado emanaba una fuerza que no podía ser igualada por la tormenta que les llevaba al abismo. Todos, sin excepción, doblaron sus rodillas en tierra ante el chaval que mantenía en alto la Custodia: “Señor, sálvanos que perecemos” (Mat 8,25). Y el Señor repitió el milagro del Mar de Galilea. Por la poca fe de aquellos hombres y por la gran fe del joven fiel y del sacerdote converso,”increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma” _________________ Job Function Email List |
|